jueves, 19 de noviembre de 2015

ILUSTRES DESCONOCIDOS DEL PAIS VALLENATO (6)

EL PAN DE MAÍZ.
(En memoria de la señora Nery Mejía)
Por: José Rafael Araujo Nigrinis
“Esta mañana acompañé mi desayuno con una arepa limpia, de maíz maíz. Y me supo a región, a provincia, y de ahí a Nuevo Mundo.
Imaginé la expresión de los marinos de Cristóbal Colón cuando se encontraron esta sin igual gramínea un noviembre de 1492 en su exploración de Cuba. Y cuando Don Hernando, hijo de Cristóbal refiriéndose a este grano habló de él como de “buenísimo sabor, cocido o tostado, o molido en puches”. Recordé al Libertador Bolívar hincha furibundo de la arepa de maíz pelado, prefiriéndola al pan europeo que tantas veces le habrían brindado en las Cortes europeas (De hecho el nombre de la arepa viene del vocablo “erepa” con que los caribes del hoy Estado de Sucre venezolano llamaban al maíz). Mientras, el Pacificador Murillo, se refería a semejante alimento como “hechas solo para estómagos de negros y avestruces”.
Vino a mi mente HOMBRES DE MAÍZ, del nobel 1967 Miguel Ángel Asturias, con su Gaspar Ilón. En la mitología maya-quiché el hombre fue hecho de maíz y en las páginas de esta novela se enfrentan los hombres que consideran al maíz como parte de su ser y como alimento sagrado, con aquellos que lo utilizan como un producto cualquiera de lucro, pero en ambos casos aplica el vocablo Taino de Ma-hiz significando “el que sostiene la vida”
Así comenzaba mi artículo publicado en el blog del suscrito, titulado AMÉRICA, TODO UN INMENSO JARDÍN, ESO ES AMÉRICA (Publicado en  marzo 21, 2010 a las 6:52pm, en joserafaelaraujonigrinis.blogspot.com/)
De esta Arepa, vocablo aceptado por la Real Academia Española desde 1884, notició  el Padre José de Acosta llamándola Pan de Maíz y se refería a finales del siglo XVI de esta manera: “Mas la cualidad y sustancia del pan que los indios tenían y usaban, es cosa muy diversa del nuestro, porque ningún género de trigo se halla que tuviesen, ni cebada, ni mijo, ni panizo, ni esos otros granos usados para pan en Europa. En lugar de esto usaban de otros géneros de granos y raíces; entre todos tiene el principal lugar y con razón el grano de maíz, que en Castilla llaman trigo de las Indias, y en Italia, grano de Turquía”.
Y refiriéndose en general al grano escribía: “El grano de maíz, en fuerza y sustento pienso que no es inferior al trigo; es más grueso y cálido y engendra sangre; por donde los que de nuevo lo comen, si es con demasía, suelen padecer hinchazones y sarna”
Y volviendo a la arepa el mismo José de Acosta: “El pan de los indios es el maíz; cómenlo comúnmente cocido así en grano y caliente, que llaman ellos mote, como comen los chinos y japoneses el arroz también cocido con su agua caliente. Algunas veces lo comen tostado; hay maíz redondo y grueso, como lo de las Lucanas, que lo comen españoles por golosina, y tiene mejor sabor que garbanzos tostados. Otro modo de comerle más regalado es moliendo el maíz y haciendo de su harina, masa, y de ella unas tortillas que se ponen al fuego, y así caliente se ponen a la mesa y se comen; en algunas partes las llaman arepas. Hacen también de la propia masa unos bollos redondos, y sazonándolos de cierto modo que duran y se comen por regalo. Y porque no falte la curiosidad también en comidas de Indias, han inventado hacer cierto modo de pasteles de esta masa, y de la flor de su harina con azúcar, bizcochuelos y melindres que llaman”
Años antes, el florentino Galeotto Cei refería: “Hacen otra suerte de pan con el maíz a modo de tortillas, de un dedo de grueso, redondas y grandes como un plato a la francesa, o poco más o menos, y las ponen a cocer en una tortera sobre el fuego, untándola con grasa para que no se peguen, volteándolas hasta que estén cocidas por ambos lados y a esta clase llaman areppas y algunos fectegua”
El naturalista francés Jean Baptiste Boussingault, geólogo y aventurero, de singular rudeza en sus juicios,  libre pensador y conocedor de Bolívar, y quien recorrió el territorio colombiano entre 1823 y 1832 por orden del libertador, gustoso del pan hecho en Bogotá, del cual dijo que era mejor que el francés, tampoco pudo abstraerse de describir el alimento preferido, ícono de la gastronomía, de colombianos y venezolanos. Escribió en su libro Memorias: “Cuando la mazorca no está madura todavía, la ponen a cocinar bajo ceniza y entonces es un alimento harinoso, ligeramente dulce, llamado "choclo"; cuando los granos están maduros, los mojan en agua y los trituran en una piedra, para hacer una pasta que modelan como una galleta y que cocinan en un plato de barro: así obtienen la "arepa", especie de pan ácimo”.

El cronista español Pedro Cieza de León (Llerena, c. 1520 - Sevilla, 1554), quien conoció buena parte de Colombia en sus andanzas con Alonso de Cáceres, Jorge Robledo y Sebastián de Belalcázar, registra el consumo de la arepa en la provincia de Cartagena:Entre estos indios de que voy tratando, y en sus pueblos se hace el mejor y más sabroso pan de maíz en la mayor parte de las Indias, tan gustoso y bien amasado que es mejor que alguno de trigo que se tiene por bueno”.
Cómo se nota que Pedro Cieza de León no tuvo la fortuna de explorar las tierras de San Diego de Las Flores y menos aún degustar las arepas limpias asadas de la señora Nery, habría escrito todo un tratado sobre el tema. Recuerdo como si fuera hoy el dejillo como a ceniza del neutro sabor a campo de ese pan de maíz, con textura sin igual, que por seis días a la semana  abrasaba esta buena y respetable señora para deleite de los parroquianos. Si pernoctaba en San Diego era obligatorio para mí deleitarme con  estas arepas acompañando a un guiso o unos huevos fritos blandos.
Para fortuna del pueblo y mía propia, el hijo de la señora Nery, Over, continúa con esa tradición del buen sabor.

FUENTES:
Historia Natural y Moral de Las Indias. José de Acosta.

Pedro Cieza de León (2005). Crónica del Perú. El señorío de los Incas.